Hace tiempo, mi compañera Bea me dio esta receta , y no veía el día de poder hacerla. No por complicada, sino por entretenida. Los pimientos me gustan mucho la verdad, y estos están muy finos, de sabor con su toquecillo de limón que le da a la carne ese sabor tan particular. Así que he decidido que sea uno de los platos de la cena de nochebuena.
INGREDIENTES
- unos 700 gr. de carne de pollo picada
- 6-8 pimientos de freir , los escogemos rectos y que se puedan rellenar facilmente.
- zumo de un limón grande
- 2-3 cucharadas de pan rallado
- 1 huevo grande
- media cabeza de ajos o más
- 2 hojas de laurel
- 2 cebollas
-1 vaso de vino blanco
- agua , la necesaria
- pimienta y sal
Picamos los ajos, muy picaicos, y los aplastamos un poco con el mazo del mortero , los echamos a la carne, con el huevo, el pan rallado, zumo de limón, sal y pimienta. Mezclamos hasta que la masa esté compacta pero pegajosilla y jugosa. Mezclamos bien.
Ahora en una olla ponemos un buen chorreón de aceite de oliva, las cebollas enteras, el laurel, y colocamos los pimientos, que ya hemos rellenado con la carne.
Ponemos el vaso de vino blanco, y agua hasta casi cubrirlos, la sal y dejamos que empiezen a hervir.
Cuando empiece a hervir, bajamos el fuego al 7 y dejamos unos minutos. Cuando vemos que ya por debajo han cambiado de color, les damos la vuelta y bajamos al 5.5 tapamos con tapadera de agujeros y dejamos que pochen unos 10 minutos.
Comprobamos que estén tiernos y si tienen mucho caldo, ponemos a fuego fuerte hasta que reduzca el caldo y se quede una salsica. Retiramos las cebollas . Emplatamos.